Inflación dará tregua a 80% de los países este año: FMI
Aproximadamente 80 por ciento de las economías del mundo verán una reducción en sus indicadores de carestía a lo largo de 2024, estima el Fondo Monetario Internacional (FMI). Coincidiendo con la dinámica favorable de la oferta mundial, la inflación ha disminuido más rápidamente de lo esperado y, en los últimos meses, las mediciones se acercan al promedio de antes de la pandemia, expuso el organismo.
La inflación está disminuyendo más rápidamente de lo previsto en la mayoría de las regiones, mientras se disipan los problemas en el lado de la oferta y se aplica una política monetaria restrictiva. Se prevé que el nivel de inflación a escala mundial descienda a 5.8 por ciento en 2024 y a 4.4 por ciento en 2025, reportó el FMI en su actualización de Perspectivas de la economía mundial.
Aterrizaje suave
El organismo destacó que una proporción sustancial de la desinflación reciente se produjo por una caída de los precios de las materias primas y la energía, más que por una contracción de la actividad económica, lo que, se prevé, lleve a un aterrizaje suave de la economía, es decir, a una mitigación de la carestía sin provocar una recesión.
En las principales economías, las expectativas de inflación a corto plazo han disminuido, mientras a largo plazo se mantienen ancladas.
No obstante, una desinflación más rápida podría dar lugar a que se relajen las condiciones financieras, sobre todo cuando los costos de endeudamiento a largo plazo siguen siendo altos para todo tipo de economía, en parte porque la deuda pública ha ido aumentando.
“En los países de ingreso bajo, las restricciones de liquidez y el elevado costo de los pagos de intereses –en promedio, de 13 por ciento del ingreso del gobierno, nivel que se ha duplicado respecto del de hace 15 años– desplazaron las inversiones necesarias, obstaculizando la recuperación de las fuertes pérdidas de producto respecto de las tendencias prepandémicas”, reconoció.
El margen de equilibrio es delgado, se trata de promover el descenso final de la inflación hasta la meta de cada banco central –en México es de 3 por ciento puntual, con un rango de 2 a 4 por ciento–, calibrando la política monetaria en respuesta a la dinámica de la inflación subyacente y, allí donde las presiones sobre precios y salarios claramente se están disipando, ajustándola a una orientación menos restrictiva, recomendó.
La Jornada