Persiste una mayor exclusión de mujeres en el mercado laboral

0

Pese a que las mujeres generan riqueza y son un elemento indispensable para aumentar la competitividad de los países, el principal problema de exclusión en el mercado laboral está relacionado con factores asociados a estereotipos y papeles tradicionales de género.

De acuerdo con el indicador de población no ocupada con posibilidad de ocuparse, elaborado por el Banco de México (BdeM), la tasa de transición promedio hacia la ocupación es menor para las mujeres que para los hombres, ya que la probabilidad de que una mujer desocupada a corto plazo transite hacia el empleo en el siguiente trimestre es de 41 por ciento, mientras dicha probabilidad es de 62 por ciento para los hombres.

En 2023, el grupo de inactivos conformado por mujeres (54.5 por ciento) es mucho más grande que el de los hombres (24.7 por ciento) como reflejo de los mayores niveles de ocupación de los segundos.

Dentro de los inactivos, entre las mujeres, el grupo de no disponibles por quehaceres del hogar es el más grande, con 32.1 por ciento en 2023; seguido por el grupo de estudiantes (9.2 por ciento). Entre los hombres, se observa una relativa mayor homogeneidad en las proporciones de cada grupo de inactivos dentro de la población en edad de trabajar, siendo el grupo de mayor tamaño el de los no disponibles por estudio (8.9 por ciento).

Los mayores niveles de empleo ante la recuperación económica posterior al choque de la pandemia han reducido al grupo de personas desocupadas –que es el de mayor tasa de transición hacia el empleo–, así como a la población inactiva disponible.

Sin embargo, la disponibilidad de mano de obra a corto plazo depende no solo del tamaño de la población no ocupada, sino también de las propensiones de transitar al empleo, tales como condiciones para emplearse más favorables que podrían atraer a más personas a la fuerza de trabajo e incrementar su vinculación con el mercado laboral, aseguró la autoridad monetaria.

Ejemplo de ello es el amplio margen para que las mujeres contribuyan en mayor magnitud a la fuerza laboral. Este objetivo requiere avanzar en dimensiones que involucran a las empresas, las políticas públicas y los hogares.

En la medida en que las condiciones para emplearse sean atractivas para las necesidades y preferencias de las mujeres, podría observarse una mayor propensión de ellas a ocuparse.

El indicador de población no ocupada mide la disponibilidad inmediata de mano de obra en la economía. Aumentó de manera pronunciada ante el choque de la pandemia de covid-19 como consecuencia de un mayor nivel de desocupación en la economía y, especialmente, de un fuerte aumento en el grupo de inactivos.

Desde la segunda mitad de 2020, el indicador ha mostrado una continua reducción que ha sido congruente con el fortalecimiento del mercado laboral que se ha venido observando. En particular, los mayores niveles de empleo han contribuido a reducir el nivel del indicador y el de la población desocupada, que es la de mayor tasa de transición hacia el empleo.

Por otra parte, entre los inactivos, la población jubilada y pensionada, que tiene menores probabilidades de transición hacia el empleo, ha aumentado. Ello ha reflejado, en parte, el gradual envejecimiento de la población. La Jornada

Leave A Reply

Your email address will not be published.