Tras dos años y medio de combates, la caída de la ciudad minera de Vugledar, a unos 50 kilómetros al suroeste de Donetsk, suscita dudas sobre la solidez de las posiciones defensivas de Ucrania en la línea del frente sudoriental.
«El Alto Mando dio su autorización a la maniobra de retirada de Vugledar para permitir salvar hombres y equipamiento militar, y tomar nuevas posiciones para continuar las operaciones», escribió el miércoles en su cuenta de Telegram la unidad Jortitsia del Ejército de Ucrania, encargada de las operaciones en la zona.
DW
