Aranceles de Trump a lingotes de oro suizos

El argumento del presidente estadounidense, Donald Trump, es sencillo: cree que los socios comerciales de Estados Unidos se benefician de un amplio acceso al mercado estadounidense, mientras que a menudo restringen el acceso al suyo, creando desequilibrios comerciales persistentes.
En el caso de Suiza, Trump se opuso al déficit comercial de 48,000 millones de dólares (41,200 millones de euros) de la nación alpina, que, según él, demostraba que las empresas suizas se estaban “aprovechando” de Estados Unidos. Por ello y la aparente renuencia del país a abordar el desequilibrio, impuso un arancel mucho más alto a las importaciones suizas que, por ejemplo, el 15% impuesto a la Unión Europea.
Con un 39%, este arancel es el más alto entre los países desarrollados y podría perjudicar considerablemente el comercio con Estados Unidos, el socio comercial más importante de Suiza. Alrededor del 18% de las exportaciones suizas cruzaron el Atlántico el año pasado.
A pesar de las intensas conversaciones y una visita crucial a Washington de su presidenta, Karin Keller-Sutter, Suiza no logró cerrar un acuerdo marco como la UE, Japón o el Reino Unido. Keller-Sutter ni siquiera pudo concertar una cita con Trump y, en su lugar, se reunió con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, quien no supervisa la política comercial, y se marchó con las manos vacías.
El arancel, que entró en vigor el jueves 7 de agosto de 2025, afecta con especial dureza a los bienes de lujo y de consumo, y se prevé que los relojes, los productos de cuidado de la piel y cosméticos, los instrumentos de precisión y el chocolate sufran fuertes subidas de precios en Estados Unidos.
DW